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lunes, 4 de julio de 2011

Vallín: riquezas bibliográficas


BIBLIOTECA DE DON JORGE DENEGRE- VAUGHT PEÑA
(Colecciones y ejemplares de los siglos XVI AL XIX Y XX)
 Por Lic. Roberto Vallín 


En el discurso que pronunciara en la Biblioteca de México el 19 de enero pasado con motivo de la inauguración del Fondo José Luis Martínez, el Presidente Felipe Calderón afirmó que su gobierno se ha propuesto “adquirir por lo menos un par de decenas más de bibliotecas de destacados personajes mexicanos que nos permitan (…)evitar que ese enorme acervo de cultura, de conocimiento, se disperse, se pierda o se quede encerrado en las paredes de una casa,(pues) es importante que esos libros estén al alcance de los mexicanos…”

En razón de su gran unidad y extraordinaria calidad intrínsecos –como se indica en el avalúo correspondiente, al margen del valor establecido-, sin duda forma parte de ese acervo de cultura y conocimiento la extraordinaria biblioteca personal que el bibliófilo, bibliógrafo, historiador, polígrafo, paleógrafo, librero anticuario y editor don Jorge Denegre- Vaught Peña formó a lo largo de más de seis décadas. Ello mientras proveía de valiosos libros y colecciones de libros, así como de manuscritos, folletos y otros materiales –de los siglos XVI al XIX- a muchas de las más importantes bibliotecas e instituciones del país y a historiadores, bibliófilos, investigadores y escritos mexicanos.

Juntamente con el ya mencionado propósito, asimismo se trataría, en consecuencia –como señala el Primer Mandatario--, de “adquirir por los menos un par de decenas más de bibliotecas de destacados personajes mexicanos…” Y sin duda alguna don Jorge Denegre- Vaught, mexicano, fue un destacado personaje en el ámbito especializado que hoy  impulsa vigorosamente el Gobierno de la República por medio de una iniciativa inédita, al emprender la compra de valiosas bibliotecas particulares.

 
Don Jorge fue un destacado personaje ampliamente reconocido y respetado y referencia obligada en el ámbito especializado de los historiadores, bibliófilos, intelectuales y hombres de letras, así como en el de quienes dirigían y dirigen las más importantes bibliotecas del país. De ahí que fuera merecido y explicable que el propio Consejo Nacional para las Artes y la Cultura organizara el homenaje que se le rindiera el 28 de junio de 1989, en el Centro Cultural de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, en el Centro Histórico.
A lo largo de muchos años Don Jorge proveyó de materiales bibliográficos y enriqueció recurrentemente las bibliotecas de prestigiados historiadores, intelectuales, bibliófilos y creadores como Juan José Arreola, Fernando Benítez, el propio José Luis Martínez, José Rogelio Álvarez, Jorge Ignacio Rubio Mañé, Antonio Pompa y Pompa, Francisco González de Cossío, José Iturriaga, Septién y Manuel Septién, Carlos Slim y Pablo Brenner, entre otros muchos.

Asimismo lo confirma el hecho de que el gran bibliófilo mexicano proveyó igualmente de dichos materiales a instituciones y entidades como el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Biblioteca y la Hemeroteca nacionales de la UNAM, así como su Biblioteca Central y las bibliotecas de sus institutos de investigación, el Centro de Estudios Históricos de Condumex, El Colegio de México, la Universidad de las Américas- Puebla, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana y el Instituto Mora, entre otras instituciones de gran importancia.[1]

Destacado personaje del ámbito bibliográfico y cultural del país, don Jorge Denegre- Vaught fue distinguido en 1989 por sus valiosos servicios con un reconocimiento público en ceremonia celebrada en Palacio Nacional en ocasión del 450 aniversario de la llegada de la imprenta a México. En esa ocasión el escritor y enciclopedista don José Rogelio Álvarez y el historiador Guillermo Tovar y de Teresa se refirieron a don Jorge como gran bibliófilo y conocedor de libros antiguos y modernos mexicanos y sobre México y al valor de su vasta y extraordinaria biblioteca personal, así como a la conveniencia de que ésta fuera rescatada por el Estado mexicano.

En esa misma ocasión se indicaba que el Estado debía rescatar la biblioteca de Don Jorge debido a la razón  que hoy el propio presidente de la República certeramente señala con respecto a las valiosas bibliotecas particulares que constituyen el acervo bibliográfico nacional; es decir: con el fin de que dicha riqueza “no se pierda, no se disperse”. En tal sentido, cabe señalar que, independientemente de que los herederos de don Jorge sólo vendieran a mexicanos –que así lo harían, como él lo hizo--, ello no garantizaría que con posterioridad dicho acervo no saliera en forma subrepticia del país y que el riesgo señalado por el Presidente Calderón no se convirtiera en realidad indeseable.

En suma: la iniciativa del Presidente de la República es la medida ideal y eficaz que garantiza plenamente el control y la unidad de estos acervos que, como en el caso de la biblioteca de don Jorge Denegre, guardan una evidente unidad, como lo señala el avalúo solicitado por CONACULTA, tras haber conocido e inspeccionado la biblioteca sus funcionarios.
En términos generales, la biblioteca de don Jorge Denegre comprende –sin considerar impresos de menor extensión—alrededor de 120 mil libros de los siglos XVI al XIX y XX, lo mismo incunables mexicanos que valiosos libros, colecciones, folletos, impresos, manuscritos y documentos correspondientes a los periodos del Virreinato y del México independiente, que incluyen la guerra con Francia, la cuestión de Texas y la guerra con los Estados Unidos, la etapa de la Reforma, del Imperio de Maximiliano y de la República Restaurada y liberal, del Porfirismo, de la Revolución y del periodo posrevolucionario del país; así como acervos y colecciones de derecho e ideas políticas de México, cultura general, literatura mexicana, filosofía, filología, arte  medicina y muchas otras materias, entre ellas las memorias, los informes y otros documentos publicados por los gobiernos de la República en el siglo XIX, en que se consigna lo considerado y lo realizado por las Secretarías del Estado y otras instituciones y entidades gubernamentales del país; esto es: obras públicas, exploraciones, informes de muy variada naturaleza –económicos, financieros, geográficos, industriales, poblacionales, etc.-, entre otros tipos de documentos.
 
La biblioteca es una gran colección de colecciones, en la medida en que, en calidad de bibliófilo y profundo conocedor de cuáles eran los materiales imprescindibles, valiosos y raros que debía contener su biblioteca como acervo fundamental, don Jorge Denegre acometió tal propósito a lo largo de muchos años, de manera notable y eficaz.

 Finalmente es necesario expresar, con muy señalado énfasis, que los tres hermanos Denegre- Vaught Alcocer, herederos y propietarios de dicha riqueza bibliográfica, son personas de edad avanzada y que han conservado la unidad de la biblioteca y han cuidado de ésta con todo el esmero posible; asimismo, que no quisieran legar a sus  sucesores problemas de ninguna naturaleza que pudieran traducse en el fraccionamiento y aún en la dispersión de este gran acervo bibliográfico.



Por el contrario: más allá de lo establecido en el avalúo realizado, los hermanos Denegre- Vaught Alcocer están en la mejor disposición de concretar un acuerdo con las autoridades de CONACULTA, en la medida en que su vehemente deseo es que la Biblioteca Denegre- Vaught sea salvaguardada en la Biblioteca de México José Vasconcelos. Ello con el propósito fundamental de que dicha riqueza forme parte del patrimonio bibliográfico nacional y esté al alcance de los mexicanos, en correspondencia con la visión de la extraordinaria medida impulsada por el Presidente de la República.


[1] Así, por ejemplo, la mayor parte del más importante acervo del Centro de Estudios Históricos de Condumex le fue proporcionada a la institución por don Jorge. Pero además es preciso señalar que ante la frecuente escasez de recursos presupuestales para hacer adquisiciones bibliográficas por parte de instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en forma espontánea y generosa Don Jorge prestó el Instituto muchos libros, documentos y manuscritos para que fueran fotocopiados y pasaran a formar parte de su acervo bibliográfico y documental. Asimismo, cabe señalar que de estos préstamos fueron beneficiarias otras instituciones y bibliotecas del país.

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