Poco compungido, tal como usted, según fotos de los diarios de hoy por el decreto de ¡TRES DÍAS DE LUTO NACIONAL!, DÍAS DE GUARDAR motivados por los 54 jugadores arteramente asesinados en un casino en Monterrey, seguramente por banda narco.
Debo confesar que no sentí lo mismo que cuando murieron en una quemazón de su estancia maternal, un número parecido de niños en una ciudad cercana, Juárez. Esta insensibilidad, quizás se deba a mi formación puritana de nunca jugar, fomentada por mi padre que a temprana edad me dio a leer el libro de Dostoievsky, El Jugador. Allí el genial ruso expone los mecanismos sicológicos que afectan a la víctima de esa dependencia peor que la vinculada a cualquier droga.En cambio, en al caso de las víctimas infantiles, experimenté un dolor que me hermana con mi humanidad mexicana porque al decir de Hemingway, las campanas doblaron no sólo por esas almitas sono por mí también, entonces.
Esta cruzada suya, en celo, vigor e inquebrantable propósito semeja a la de José Vasconcelos en aquellos vientos de los veintes, como escribió Juan Bustillo o Magdaleno en Las Palabras perdidas o cuando asesinaron a Germán del Campo en las elecciones del 29, en Morelos:
Porque, además, de revolucionar a los artistas, pintores, escultores, escritores, muralistas, músicos, entregándoles los edificios gubernamentales para que plasmaran su obra, el proyecto cultural del Vasconcelismomo consistió en lanzar sus misiones por todos los rincones del país. 
Como bien sabemos, al triunfo de la lucha armada los gobiernos posrevolucionarios emprenden la reconstrucción del país e intentan implementar las propuestas emanadas de la nueva Constitución política de 1917. Entre ellas se encuentra la del Artículo 3º, que obligaba a que el Estado ofreciera educación gratuita para todos los mexicanos. José Vasconcelos (1882-1959), quien fue el primer ministro de educación, y que se instaló en el edificio de la calle de Argentina donde , por cierto el Lic JorgeDenegre Vaught comenzó con su tarea de hacer llegar los libros a manos sabias.
Como bien sabemos, al triunfo de la lucha armada los gobiernos posrevolucionarios emprenden la reconstrucción del país e intentan implementar las propuestas emanadas de la nueva Constitución política de 1917. Entre ellas se encuentra la del Artículo 3º, que obligaba a que el Estado ofreciera educación gratuita para todos los mexicanos. José Vasconcelos (1882-1959), quien fue el primer ministro de educación, y que se instaló en el edificio de la calle de Argentina donde , por cierto el Lic JorgeDenegre Vaught comenzó con su tarea de hacer llegar los libros a manos sabias. 
Denegre tiró sus libros al suelo para vendérselos a los intelectuales de la época, por ejemplo, a los Maestros Avilés, Sengner, Octavio Paz, Juan Rulfo--, así es que El Ulises Criollo se dio a la tarea de cumplir con dicho mandato y empezó su cruzada nacional con una significativa impresión de libros clásicos para fomentar la lectura y avanzar en la campaña de alfabetización. En ese quehacer se hizo de un importante grupo de jóvenes colaboradores entre los que se contaba con la presencia de Vicente Magdaleno, 
Juan Bustillo Oro, Salvador Azuela, y casi todos los "siete Sabios"·, entre ellos, José Gorostiza, quien se incorpora a la cruzada en calidad de director editor de la revista El Maestro, que había creado Vasconcelos para darle impulso a su proyecto de divulgación cultural. Dicha revista logró aglutinar a casi todos los escritores importantes y jóvenes de México y se dedicó sistemáticamente a promover la literatura castellana del siglo de oro e inició la revaloración oficial de Sor Juana Inés de la Cruz.el tiraje mensual era verdaderamente sorprendente para la época: 75 000 ejemplares. 
Y del mismo modo el tiraje de los CLÁSICOS, en pasta verde y café, que se vendían a peso y en que desfilaron todos los griegos, latinos, españoles y llegaron hasta abarcar casi todas las nacionalidades: Rabindranath Tagore, Gabriela Mistral, José Enrique Rodó y. por supuesto, los Evangelios, para nada decir de los libros de oro para niños, ilustrados por los grandes maestros de la época, grabadores como Montenegro. Tales ejemplares eran parte sustancial de las ventas del librero Jorge Denegre que, al poco, puso su librería en la misma calle de Argentina, frente a los Porrúa.
Juan Bustillo Oro, Salvador Azuela, y casi todos los "siete Sabios"·, entre ellos, José Gorostiza, quien se incorpora a la cruzada en calidad de director editor de la revista El Maestro, que había creado Vasconcelos para darle impulso a su proyecto de divulgación cultural. Dicha revista logró aglutinar a casi todos los escritores importantes y jóvenes de México y se dedicó sistemáticamente a promover la literatura castellana del siglo de oro e inició la revaloración oficial de Sor Juana Inés de la Cruz.el tiraje mensual era verdaderamente sorprendente para la época: 75 000 ejemplares. Y del mismo modo el tiraje de los CLÁSICOS, en pasta verde y café, que se vendían a peso y en que desfilaron todos los griegos, latinos, españoles y llegaron hasta abarcar casi todas las nacionalidades: Rabindranath Tagore, Gabriela Mistral, José Enrique Rodó y. por supuesto, los Evangelios, para nada decir de los libros de oro para niños, ilustrados por los grandes maestros de la época, grabadores como Montenegro. Tales ejemplares eran parte sustancial de las ventas del librero Jorge Denegre que, al poco, puso su librería en la misma calle de Argentina, frente a los Porrúa.LOS EMPEÑOS DE UN ACASO
El empeño de usted, Presidente, de poner los libros de los intelectuales muertos en la novísima biblioteca José Vasconcelos dije que se asemeja al del Maestro de América.
No más que para que lleguen a estar en uno de los anaqueles de esa monstruosa biblioteca de bibliotecas, habrá que utilizar estratagemas, entrar en la feria de vanidades de consejeros que han desechado a mn padre de manera nada gentil.
En efecto, usted, como buen hijo, orgulloso de todo lo que le dio su padre en educación, comprenderá que la misma estima que experimento por el mío me hace intolerable el mensaje enviado por sus colaboradores en CONACULTA.
Precisamente aquí, no hace mucho, don José Rogelio Álvarez, académico de la lengua y de la historia, enciclopedista myor, expresó mis sentimientos de esta manera:
OTRO INVITADO DE HONOR: JOSÉ ROGELIO ÁLVAREZ
agosto 15, 2011 por livingstonvaught
Comentarios a los cuentos de Livingston Denegre-Vaught.
Por José Rogelio Álvarez
La pieza que se incluye en este volumen es una extensa carta que el autor dirige a su padre don Jorge Denegre Vaught. El género epistolar le permite narrar con amor filial las hazañas de quien le dio la vida y a la vez le dejó como herencia la vocación por el periodismo.
Para fundar el orgullo que le suscita ese legado, el autor se remite al semanario Tris, que don Jorge publicó en Ciudad del Carmen a mediados de la década de los años treinta. En esa época y en la provincia, era frecuente que un solo hombre, movido por el noble impulso de expresar su verdad, desempeñara los oficios de reportero, redactor, editorialista, publicista y director de una publicación.
Si el convertir estas tareas en una es de suyo admirable, mayor encomio merece que su ejecutor haya sido un joven de 17 años de edad. Asociado a la precocidad, sorprende encontrar en las páginas de aquel impreso el sabio balance entre las buenas y las malas noticias: aquéllas, las informaciones siempre útiles que contienen los anuncios; y éstas, los sucesos que ordinariamente conmueven a la sociedad, aunque la principal orientación del editor responsable era la crítica al mal gobierno.
Se combinaban así los llamativos reclamos publicitarios en verso, las notas rojas y las censuras a “los vampiros civiles”. El autor exalta el talento y el valor de su padre, cuyos pronunciamientos democráticos le costaron el destierro.Livingston maneja en contrapunto pasajes de su propia vida y capítulos de la biografía de don Jorge. Por eso aparecen en su prosa cortes sorpresivos, escenas que se van ligando a saltos, contrastes que acentúan la distancia y a la par estrechan la proximidad de uno y otro destinos.
A los párrafos en que imperan el riesgo y la violencia, siguen otros que reproducen la morosa delectación de quien recorre con avidez una biblioteca y va asomándose a los libros con el ánimo predispuesto a los hallazgos afortunados. En un ámbito así se inició la placentera, trabajosa y bienhechora tarea de don Jorge como lector, librero, animador de tertulias, abogado, bibliófilo, editor, autor y desinteresado orientador de todos cuantos han querido penetrar o andan perdidos en el infinito mundo de la letra impresa.
A estas noticias evocadoras, sigue un estudio de contenido del periódico Tris, en cuyas páginas sobresalen las impugnaciones al “reyezuelo local, a los caciques y al Señor Dueño del Estado”; pero intercalados en este análisis el lector encuentra referencias personales y familiares, reflexiones surgidas por asociación de ideas, incorporadas al discurso según las van empujando los recuerdos, y aún anécdotas ocurridas casi la víspera de entrar a prensa este libro. Esta parte de la obra presenta en calidoscopio la vida de Ciudad del Carmen hace sesenta años, rinde homenaje a don Jorge y revela varios aspectos de la personalidad de Livingston: Escritor deliberadamente descuidado y a menudo efectista, experto en medios de comunicación, profesor universitario y agente diplomático en el exterior, de cuya experiencia derivó su gran amplitud de criterio.
José Rogelio Álvarez
CHARLES GIBSON ELOGIA A JORGE DENEGRE
agosto 8, 2011 por livingstonvaughtY tras estos INVITADOS DE HONOR
¡No más mire cómo tratan a mi padre!
Fíjese, ahora, he aquí el par de comunicados que he recibido con la congoja a la que me referí en el primer párrafo de este mamotreto electrónico:
Sr. Walter Livingston Denegre Vaugt Alcocer
Presente
Por este medio me permito informar a usted que de la Red Federal de Servicio a la Ciudadanía de Presidencia de la República, recibimos su misiva para conocimiento de este Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Al respecto, anexo oficio dirigido al Lic. Jorge Denegre Vaught Alcocer por parte del Director General de Bibliotecas, en respuesta a la solicitud de adquisición de su biblioteca.
Por su amable atención, reciba un cordial saludo.
Angélica Mendoza Hernández
Control de Gestion de la Sec. Particular
“2011, Año del Turismo en México”
Arenal No. 40 Col. Chimalistac Delegación Álvaro Obregón. C.P. 01070 México, D.F. Teléfono: (55) 4155075 Ext. 2206
Quisiera poseer el dominio de la escritura secreta que defiende el arte del indiscreto examen del vulgo. Quisiera poseer las virtudes de las hierbas, la astrología judiciaria, las matemáticas, el derecho canónico y que aunque haya derrotado en público certamen a mis rivales de la UAM y me haya adiestrado en la sátira que causa graves problemas de salud y aunque ignore el arte de agradecer el don que me hace con poner atención a esta carta desde Acapulco, pueda atribuir a cada vocablo su acepción correcta y a cada sustantativo el adjetivo original de la épica homérica y que crea firmemente que la guerra emprendida por usted en contra de los malhechores llegue a ser calificada de hermosa, galante y necesaria y que este mar de Caleta refleje las nubes que auguran el porvenir, mientras nado de dorso, mirando al Cielo e implorando al Creador,para que me de esperanzas de que así como hay dinero para balasm policías y soldados haya para libros!¿AH!, y que deje de despotricar Carlos Fuentes sugiriendo a su Excelencia Serenísima de que importe policías de Francia, Polonia, Inglaterra y hasta Israel porque los nacionales no la hacen!!!, porque entonce sí ya no habrá dinero para bibliotecas ajustados a los principios expresados por el secretario de la secretaria de la presidencia, secretaria enésima de la culta dama y subsecretario de migajones de la Cona-contra-recontra, para que la biblioteca provenga de un grande intelectual, entendiéndose por tal poetAstros de la lira, exquisitos pensadores con la pipa en la boca que hagan clic con el pueblo, a pesar de la prohibición de fumar tabaco y otras hierbas---,,. para poner como ornamenta principalísima en vitrinas las colecciones de pipas (aunque no hayan de barro, a la azteca, sino de mershaum, y que aunque no haya versos en esta prosa atrevida se encuentre rima, aliteración, consonancia y todas las artes retóricas y más--¡qué más?-- que toda la literatura inglesa en que me he sumergido como Master me sirva y Dios me asista para escribir no una oda sino una parodia de queja tan verosímil que el Presidente de la República haga, al fin, caso de ella todo ello sin necesidad de Lady Polancos, Big Brothers y policías golpeados, gritados y ultrajados---....
He escrito ya mucho y nada ha pasado.
He dicho y no he dicho nada sobre el dictamen.
Por eso, me propongo mandarle otra carta a usted, al rato, ¡Salud, señor Presidente!
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